La ciudad de Montevideo desde sus puertas, como fragmentos de la misma, en los cuales se contiene su identidad. La puerta, como símbolo, resulta una imagen fuerte, del límite, la frontera entre lo público y lo privado. Puertas de nuestra ciudad que encierran historias, que nos resultan atractivas, enigmáticas pero que guardan a la vez la posibilidad de la apertura.Al fotografiar, seleccionando y fragmentando la realidad de nuestro paisaje urbano, encuentro el estímulo visual para iniciar el proceso de pintura.Es así como me concentré en las líneas y figuras geométricas que dibujaban estas puertas.
Perseguí cierta "abstracción" en la cual quedara sugerida la sucesión de puertas como en un recorrido en sentido horizontal, es así que opté por el formato apaisado.
La textura de la obra se logra por la acumulación del acrílico. La obra tiene presencia matérica.
Por otra parte, intenté una pintura más "plana" generando áreas de color plenas, creando una estructura más delimitada. Creo que en este caso, no se evidencia la atmósfera y espacialidad que sí se destacan en los trabajos anteriores.
Actualmente sigo pintando en el sentido "matérico" cambiando el soporte de lienzo a madera.
